NO HAY SUSTENTABILIDAD ECONOMICA SIN SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL Y SOCIAL
Tres destacados especialistas, invitados por la Fundación Barbechando, estuvieron analizando una de las cuestiones que más develan a empresarios y al Gobierno. Si bien por distintas razones. Unos para resolver, el otro como excusa para seguir en avanzada contra el sector. Las claves para un camino que debe terminar en el desarrollo sustentable para todos los argentinos.
(Agradecemos a la revista GENOMA su colaboración y volcaremos a continuación la nota realizada sobre el Panel de Barbechando. La edición completa de la revista está en este link http://www.revistagenoma.com.ar/2011/)
Comencemos con la definición de Jorge Adámoli (ver Un académico) respecto de aquellos que en este tema como en otros , describen el caos sin proponer nada. “la historia los avala en cuanto a la posibilidad de que sus predicciones sean acertadas, pero si se confirman, no tienen nada que festejar. En cambio, quienes luchamos por medidas que hagan un mundo mejor, aunque tengamos pocas chances, con cada pequeña victoria podemos armar un festejo”.
En este como en otros temas, el Gobierno Nacional vuelve a recrear el escenario de todo o nada, con iniciativas como la de los bautizados Manuales de Educación Ambiental (ver Los manuales…). Dichos manuales hacen hincapié en la “educación política” del tema medioambiental, para incluir en los procesos de aprendizaje “el debate sobre el modo de desarrollo contemporáneo, las relaciones de poder que lo sustenta, las injusticias que genera”, dice la introducción del texto. En ese marco, por ejemplo se hace referencia a los “pooles de siembra” entre los responsables del deterioro del medioambiente y la sociedad. Se habla de “falta de compromiso del productor con la planificación del uso de la tierra y su conservación”. También, de “la transformación del proceso de trabajo (reemplazo tecnológico), con la consecuente marca en la mano de obra necesaria”, lo que lleva a la “pérdida de empleo” y “al éxodo de poblaciones rurales”. El texto agrega que “los beneficios económicos de este modelo productivo para el país son comúnmente defendidos por los sectores interesados”.
La avanzada del gobierno no conoce descanso.
Por eso, fue sumamente útil el Panel organizado por la Fundación Barbechando (ver Productores …) bajo el título “Sustentabilidad agroindustrial, Mito o realidad?” Con el objetivo de “contribuir a un análisis racional que tome la problemática en su conjunto y no cuestiones aisladas que pueden inducir a sancionar leyes o formular políticas luego resulten inviables y contraproducentes”.
El título hace referencia a la certeza de que “El hacinamiento en condiciones de marginalidad en el conurbano bonaerense, causa de la violencia que aflige a la población, es consecuencia de la insuficiente creación de oportunidades genuinas en todo el territorio nacional. Si bien la minería o el turismo pueden originar polos de actividad en muchos lugares, la agroindustria, por sus posibilidades de dispersión geográfica, es la única que puede generar empleo y riqueza en toda la Argentina.”
Y advierten que “Pero no cualquier forma de agroindustria puede lograrlo. Su desarrollo debe estar siempre ligado al concepto de Sustentabilidad en sus tres planos: social, ambiental y económico. En lo social, para que cada uno pueda buscar su bienestar en condiciones de respeto y dignidad. En lo ambiental, para la preservación y el mejoramiento del ambiente, presente y futuro. En lo económico, porque la generación de utilidad es indispensable como compensación de la innovación y el riesgo, como fuente de inversión y como recurso para la solidaridad”.
Para armonizar estos tres desafíos, invitaron a Daniel Arroyo (ver Un hombre…), Adámoli y Vilella (ver Los negocios …). La elección resultó acertada. Mas de un centenar de personas se reunieron para escuchar las disertaciones, aportar elementos y, de esa manera, enriquecer las visiones del panel que se presentará en junio en las comisiones de Agricultura y Ganaderia de la Diputados y Senadores, en conjunto, profundizando así, el camino de pasar de la protesta a la propuesta.
El primero en arrancar fue Daniel Arroyo, señalando tres cuestiones.
Primero: “la Argentina, en términos sociales, está mejor que hace una década. Pero, al mismo tiempo, tenemos peores indicadores que hace 20 o 30 años”.
Segundo:“tenemos una oportunidad histórica, única. Un contexto económico de crecimiento sostenido durante 10 años y todo que los próximos 5 o 6 años continuará creciendo. Un país que tiene 200 años de historia, por primera vez, tendrá 15 años de crecimiento sostenido. La pregunta es, si no solucionamos ahora los problemas de la pobreza, la desigualdad o la desocupación, cuando? ”
Y la tercera cuestión: “si seguimos haciendo lo que venimos haciendo, la pobreza que hoy está en el 30%, bajará al 27% o 26%, producto de esa alta tasa de crecimiento. La mejora será marginal. Para eso, hay que crear políticas muy masivas en lo social” .
A partir de la definición de este panorama Arroyo focalizó su presentación en 3 aspectos: la definición de los 5 principales problemas de la Argentina (“no son los únicos”), de las políticas públicas que habria que implementar para resolverlos y, finalmente, como lograr la sustentabilidad social para que sea posible el desarrollo agroindustrial en los próximos años. “El primero de los cinco problemas es la concentración territorial. En el 1% del territorio nacional viven 14 millones de habitantes, o sea mas de un tercio de la población total. Y lo curioso del caso, es que continua la migración permanente, que hoy tiene que ver con que alguien tiene cerca una escuela, un comedor escolar, un centro de atención primaria de la salud y que hace changas en el mismo lugar”, explicó.
Y agregó que “el segundo problema, es la pobreza extrema, la pobreza estructural. Todavía tenemos un 12% de la población que no tiene acceso a lo mínimo. Y cuando hablamos de este tipo de pobreza, es aquella que no se resuelve con condiciones de crecimiento económico, que es intergeneracional : él es pobre, sus padres y sus abuelos fueron pobres y, entonces, reproduce el esquema de pobreza extrema y depende, en gran parte, del Estado, de planes sociales, de asistencia, de subsidios de distintas modalidades y que no logra reinsertarse en el proceso productivo. Y ese segmento está estratificado : reproduce la pobreza”. Para Arroyo, el tercer problema, tiene que ver con la informalidad económica. “De cada 100 personas que trabajan, 37 están en situación precaria, o sea, no estan en blanco, y por lo tanto no tienen obra social, no tienen vacaciones pagas, no tienen sindicato que los defienda, no saben si se van a poder jubilar. Además de este porcentaje que no esta registrado, hay que sumarle los cuentapropistas, gasistas, plomeros, carpinteros, pequeños productores, pequeños emprendedores que hacen lo que pueden y como pueden. El punto clave en este segmento es que no tienen crédito para renovar maquinarias y herramientas, con lo cual, en el corto plazo, reproducen la pobreza. Tenemos un problema de exclusión … con trabajo!»
UN HOMBRE CON GESTION
LIC. EN CIENCIA POLÍTICA (UBA) DANIEL ARROYO, CON POSTGRADO EN GESTIÓN Y CONTROL DE POLÍTICAS PÚBLICAS (FLACSO). ESPECIALISTA EN DESARROLLO LOCAL, ECONOMÍA SOCIAL, DESARROLLO HUMANO Y PLANIFICACIÓN SOCIAL. FUE SEC. DE POLÍTICAS SOCIALES Y DESARROLLO HUMANO DE LA NACIÓN (2003-2007) Y MINISTRO DE DESARROLLO SOCIAL DEL LA PROV. DE B. AIRES. CONSULTOR DEL BANCO MUNDIAL, BID, UNICEF, CEPAL.